Confesábamos la semana pasada que escribir no es fácil, pero sí imprescindible para convencer a Google de que somos una autoridad en lo nuestro. Así que cualquier empresario, grande o pequeño, que quiera colocar su página web entre los primeros resultados de las búsquedas de Internet tiene que currarse un blog. Esto sólo significa una cosa: hay que publicar un artículo original al menos una vez a la semana sobre nuestro sector. Nos encontramos, pues, con el punto final de nuestro anterior artículo: con el ‘hacedor’ de tuercas ante un folio en blanco preguntándose ‘¿y ahora de qué diablos voy a escribir? ¿cómo explico lo que sé de tuercas? ¿por qué le va a interesar a nadie lo que sé de tuercas?
 
Porque, como decíamos, escribir no es fácil. Pero se aprende. Claro que, como en casi todo, la experiencia es un grado, así que para el escritor novato hemos preparado una serie de pautas que esperamos sean de utilidad. Pero lo primero es lo primero: ante todo mucha calma, que dirían los Siniestro Total, y liberarse del miedo al folio en blanco. Y ahora, a trabajar:
 
1. Nada de modestia. Si cada día desde hace algún tiempo me dedico a sacar adelante un negocio, sea el que sea, es evidente que algo sé de ese negocio. Hay que asumirlo: somos expertos en lo que hacemos. Y no es arrogancia, es la realidad. Yo, como cliente, puedo saber qué tipo de manzana me gusta más, pero no tengo la más mínima duda de que el frutero que me la vende sabe mucho mejor que yo cuál es la mejor manzana que tiene en su tienda. Es su trabajo. Cada día recibe, coloca y despacha manzanas. Es imposible que no sepa más de manzanas que el 99% de sus clientes.
 
2. Qué nos diferencia. Tenemos que saber cuál es nuestro punto fuerte, nuestro valor diferencial frente a la competencia. Va a ser el epicentro de nuestra ‘literatura’. De nuevo, aquí, sobra la modestia. Si hemos decidido abrir una frutería en un barrio donde ya hay otras dos, está claro que pensamos que podemos ofrecer algo que las ya existentes no están ofreciendo. Debemos hacer un auto-análisis para saber en qué somos mejores. Pero al igual que dejamos de lado la modestia, también debemos dejar de lado ese optimismo que nos lleva al auto-engaño. Nuestros puntos fuertes deben ser, de verdad, nuestros puntos fuertes.
 
3. ¿Por qué desvelar mis puntos fuertes y compartir mi conocimiento? «Ofrece gratis lo que sabes para ganar lo que vales. Convierte tu pasión en contenidos y tus contenidos en servicios. Es lo que se llama una estrategia de marketing de contenidos. Cada profesional es un medio de comunicación y también un medio de promoción y venta». Esta cita es de Yoriento y está extraída de un interesante artículo que Manolo Rodríguez escribió en Desenredando la red sobre la importancia de convertirse en una voz con autoridad dentro de tu área. Es una fantástica explicación para quitarse el corsé de los secretismos.
 
Compartir conocimiento, además, tiene un componente no sólo de autoridad, sino también de confianza. Si mi frutero me explica qué tipo de manzanas son mejores y por qué, creeré que me puedo fiar de él y de sus sugerencias, porque sabe de lo que habla. Si deja que me lleve las manzanas más bonitas, pero con menos sabor, sin alertarme de que han llegado a mi barrio tras un largo viaje en cámara frigorífica, quizás la próxima vez que quiera comprar manzanas pruebe en otra frutería para ver si tienen más sabor. Compartir conocimiento da poder, no lo dudéis.
 
4. Y lo que sé, ¿a quién se lo cuento? Esta es otra pregunta que debemos hacernos antes de empezar un blog de empresa. Os daremos una pista. Básicamente hay dos tipos de lectores: clientes y colegas. Para quien escribamos dependerá del objetivo que persigamos con nuestra página web. Si lo que queremos con nuestra web es aumentar nuestras ventas, debemos escribir para clientes potenciales. Si nuestra principal intención (aunque es evidente que vender es la razón de ser de cualquier negocio) no es ampliar nuestra cartera de clientes, sino posicionarnos como una voz de referencia dentro de nuestro sector, debemos escribir para nuestros colegas de trabajo/competencia.
 
Evidentemente los artículos para unos y otros son completamente diferentes. Incluso el lenguaje es diferente. Si escribimos para colegas, podemos utilizar toda la terminología técnica de nuestro trabajo, porque se presupone que es la misma que nuestros lectores usan. Y de la misma forma el contenido de nuestros artículos debería ser bastante técnico, explicando proceso específicos de trabajo y avances en el sector, por ejemplo.
 
Si, por el contrario, escribimos para nuestros clientes (presentes y futuros), debemos recurrir a un lenguaje más llano, más común, para garantizar que nuestro discurso llega a sus destinatarios. Y el contenido de nuestros artículos se centrará principalmente en temas que ya damos por sabidos, pero que, sin embargo, la mayoría de la gente desconoce. Si fabricamos tuercas, podemos explicar al común de los mortales para qué sirven y qué tipos hay; y si vendemos fruta, la lista de las 10 frutas que menos engordan seguramente será un bombazo.
 
Hasta aquí, los cuatro pasos preliminares que debe seguir cualquier empresario dispuesto a convertirse en bloguero, es decir, en la voz no sólo de su empresa, sino de su sector en Internet. La próxima semana completaremos esta guía con consejos prácticos sobre el contenido y la presentación de los artículos. Pero por si alguien se ha acobardado al leer estas tareas de auto-análisis indispensables antes de ponerse a escribir, os emplazamos a leer otro artículo de Manolo Rodríguez, esta vez en A-Tres, sobre las 10 razones por las que tu negocio o empresa debe tener un blog.
 
María Sierra
 
——
Foto: Ron

Sobre María Sierra

Periodista.

• 

¡Compártelo!

Facebook

Twitter

Google+

Pinterest

Linkedin

Buffer

email